Existe una relación complementaria entre las características de la infraestructura vial y de transporte y el desarrollo de sectores urbanos. Esta relación genera oportunidades de crecimiento, consolidación o renovación de predios específicos o zonas extensas.

La capacidad de movilización de pasajeros de distintos sistemas y modos de transporte públicos o privados, el tamaño y la ubicación de estaciones y los tipos de infraestructura vial determinan en su radio de influencia oportunidades de desarrollo de distintos usos del suelo (vivienda, comercio, equipamientos, etc.), con condiciones específicas de densidad y configuración del espacio público.

El equipo de trabajo de estos proyectos siempre tiene un ingrediente interdisciplinario y frecuentemente requiere coordinar entidades públicas y privadas con un componente de desarrollo inmobiliario.

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